Para esta época que la gente viaja, por ahí siempre sale una tía o alguna amistad pidiéndote que si pasas por una farmacia le compres tal medicamento que acá no hay/está muy caro. Ciertamente, si vas a España o a Colombia, que son destinos populares para los panameños, los encuentras más baratos que en Panamá y no falta quien diga que nuestro país tiene las medicinas más caras de la región… pero, ¿es eso cierto?
La mejor respuesta que te puedo dar, después de haber hablado con farmacéuticos, tramitantes e incluso representantes de distribuidores es “ni sí ni no ni todo lo contrario”. Lo que sí puedo decir es que 1. sí pagamos más out of pocket y 2. el abastecimiento en nuestras instituciones de salud pública está hasta la guacha.
Comparemos manzanas con manzanas; no manzanas con peras
Antes de decir si un medicamento es más barato en un país u otro, tenemos que considerar que en efecto estemos comparando el mismo medicamento, de la misma presentación (si es jarabe, tabletas, cápsulas, inyectable, parche, ungüento, etc.), concentración (cantidad del fármaco en la unidad), cantidad (cuántas unidades por empaque), y si es fabricado por la misma casa farmacéutica.
Pasa también que en estos mercados que tenemos de referencia de medicinas baratas son países donde tienen una industria farmacéutica desarrollada con múltiples laboratorios fabricando genéricos, y, dependiendo del sistema de salud existente, los medicamentos están subsidiados, a veces hasta en un 80%. Esta combinación de factores brinda a las personas en estos países acceso a una mayor oferta de medicamentos y precios reducidos en comparación a lo que tenemos en Panamá.
Un ejemplo de la diferencia entre un genérico y un medicamento “de marca” es decir, aquellos fabricados por los grandes laboratorios de innovación (Big Pharma), la podemos ver con el ibuprofeno: una tableta de 400 mg bajo el nombre comercial Motrín se puede comprar en una farmacia a un precio entre $0.52 y $0.97, mientras que genéricos de distintos laboratorio se pueden comprar a precios entre $0.17 y $0.35, según la consulta en el sitio web de Acodeco.
Una comparación más atinada sería ver la realidad de Panamá (4.3 millones de personas) contra países como Costa Rica (5 millones de personas), Honduras (9.6 millones de personas) o el Salvador (6.4 millones de personas) que tienen poblaciones y sistemas de salud similares al nuestro y no contra Colombia (50.8 millones de personas) o España (47.3 millones de personas).
¿Por qué algunos medicamentos son más caros que otros?
Ahora, los medicamentos de innovación siempre van a ser más caros que los genéricos. Tomemos en consideración que el desarrollo de un medicamento toma años de investigación y múltiples fases de prueba tanto en animales como en humanos, y muchos $$$$ en lobby y mercadeo. Generalmente las patentes de los medicamentos están protegidas por 20 años, luego de los cuales otros laboratorios pueden producir sus versiones de estos medicamentos (genéricos).
Si bien los precios de los medicamentos no están regulados en Panamá, los médicos al recetar un fármaco, están obligados a colocar en la receta siempre el nombre genérico del medicamento, no una marca específica. De hecho hay prohibiciones en nuestro país relacionadas a la publicidad sobre medicamentos.
Así mismo, en las farmacias privadas los farmacéuticos están facultados y obligados a ofrecer medicamentos intercambiables y a hacer la sustitución genérica, lo cual debe estar anunciado en un letrero visible (Artículo 667 de la Ley 1 de 10 de enero de 2001 «Sobre Medicamentos y otros Productos para la Salud Humana»). Esto quiere decir que nunca estamos obligados a comprar la versión más cara si hay alternativa.
Ahora, también tenemos que hablar del negocio de distribución de medicamentos en nuestro país. Ciertamente existe un oligopolio (es decir, que pocas empresas tienen participación en el mercado). No existen prohibiciones para la entrada de otros actores al mercado, pero sí existen limitaciones dado que la inversión y los costos operativos para la distribución de medicamentos son muy altos, lo que mantiene a los mismos cuatro gatos en el negocio.
¿Y por qué no puedo simplemente conseguir mis medicinas en el Seguro?
Si bien tenemos un sistema de seguridad social que permite a los asegurados obtengan sus medicamentos sin tener que sacar de su bolsillo (porque ya todo eso nos lo cobran cuando nos descuentan del salario), no contamos con sistemas de información modernos que permitan tener registros precisos sobre las necesidades de los pacientes e inventarios como para mantener abastecidas las farmacias de las instituciones de salud públicas, además que hay ineficiencias en los procesos de compra en el sector público. Esto, lastimosamente fuerza a las personas a tener que buscar medicamentos en farmacias privadas donde la diferencia de precio es considerablemente mayor que los precios a los que se le vende al Estado (todo es más caro al detal).
El tema de los medicamentos es complejo. La mayor diferencia entre los precios en Panamá y otros lados radica en los subsidios y el desarrollo de la industria farmacéutica del país, lo que les da una mayor oferta y por consiguiente mejores los precios. En cuanto a nuestras instituciones, queda claro que están pa los tigres y las personas a cargo solo saben pisarse la cola. Como ciudadanos nos toca informarnos para no creer falacias y exigir soluciones reales que promuevan una mayor oferta, mejores precios y abastecimiento expedito. Después de todo, ya las multinacionales tienen fábricas de medicamentos aquí y exportan para otros lados. ¿Quién dijo que no podemos tener medicamentos de calidad hechos en Panamá?