Este escenario ocurrió en Panamá y los nombres fueron cambiados para proteger al inocente.
Esa mañana, María llegó al Laboratorio Labsy Lab para el último requisito de entrada a su nuevo trabajo: una prueba de anti-doping. María había tomado MUCHA agua para poder ehem… dar la muestra, pero en vez de pasar al baño (sí, supervisada… ew), la pasan al cuartito donde te sacan sangre. En sus cinco segundos de awebasón, María se fue sentando mientras la tecnóloga va preparando su equipo y poniéndole la cosa esa que aprieta en el brazo.
Como no iba mentalmente preparada a que le sacaran sangre, María le hace conversación a la tecnóloga para aliviar la tensión.
– Ay, yo pensé que iba a tener que orinar en el vasito hoy.
– Sí, eso también.
– Ajá, ¿y entonces la prueba de sangre para qué es?
– [silencio, ya aguja en mano]
– Pregunté: ¿la flebotomía para qué es? [dude, por si no lo entiendes, hablamos el mismo idioma, así que no me salgas con pendejadas]
– Es para una prueba de embarazo.
Stop. Rewind. Say what?
Ahora María tiene dos opciones: o deja que le metan la aguja o se para y se va, dando al traste todo el tiempo invertido en el proceso y la posibilidad de un nuevo trabajo.
En este caso, María se paró y se fue. No solamente su potencial empleador le había vendido gato por liebre con eso de que le iban a hacer una prueba de la cual no le habían notificado, sino que María está clarita de que el te pidan una prueba de embarazo como parte de un proceso de empleo NO ES LEGAL.
Como para no dejar la cosa ahí, María se comunicó con la reclutadora, quien palabras más, palabras menos, y con todo y que María le citó la ley, le dijo que eso era una prueba estándar y que sin eso no podía continuar con el proceso de contratación… Si no has terminado de entrar y ya vienen con esas cochinadas, ¿qué puedes esperar una vez estés dentro? Y así, María les dio su “thank you, next”.
Así mismo, seguramente hay miles de mujeres en este país que se someten a que les hagan la prueba de embarazo, ya sea porque desconocen sus derechos o necesitan el empleo (o ambas), por lo que queremos que estés clarita, para que en caso de que una circunstancia así se te presente, puedas decidir a conciencia si prosigues o no:
- Es perfectamente normal que los empleadores soliciten pruebas médicas durante un proceso de contratación. Estas incluyen pruebas de salud ocupacional como hemogramas, urinálisis, espirometrías y placas torácicas, y son exactamente las mismas para hombres y mujeres..
- Las pruebas de salud ocupacional se hacen de forma anual, y como trabajador tienes derecho a acceder a los resultados y que estos sean interpretados por un médico.
- La prohibición de solicitar pruebas de embarazo para acceder a empleo remunerado está establecida en el Artículo 12 de la ley 82 del 24 de octubre de 2013.
- Algo que está expresamente prohibido por la ley jamás puede ser una prueba estándar de reclutamiento y ninguna empresa seria pediría algo así.
- El canal para denunciar es el Mitradel. Si es efectivo o no, no nos consta, pero existe.
Personalmente, no puedo aceptar que me den como respuesta que solicitar prueba de embarazo es una práctica estándar que se le realiza a todos los aplicantes cuando en primera instancia, está expresamente prohibido por la ley y la realidad es que solo se le practica a las mujeres cis (o a los hombres trans, si el empleador en cuestión no le reconoce como mujer, pero eso ya es otro tema).
Es muy lamentable que esta situación ocurra, en especial cuando encontrar trabajo se ha vuelto tan difícil. No podemos evitar que haya empresas sinvergüenzas que se aprovechen de la necesidad y del desconocimiento de la gente, pero sí podemos contribuir a que conozcas tus derechos y decidas con un criterio formado.
A las empresas que lo hacen, les invito a que hagan una revisión exhaustiva de sus prácticas de reclutamiento para que sean hechas de forma legal, transparente, ética y libre de discriminación.
Cinco Palos 