Hace poco compré una computadora. Luego de llegar a casa y empezar a configurarla, resulta que por alguna razón mi usuario de Microsoft ya tenía seteada una clave para Office y la compu tenía un antivirus instalado que simplemente podía renovar en línea pagando con mi tarjeta, por lo que realmente no necesitaba ninguno de los dos productos que había comprado, y regresé esa misma tarde a devolverlos.
En esta vuelta me atendió otro vendedor quien muy amablemente me recibe los items y me ofrece una nota de crédito… pero yo quería ni necesitaba una nota de crédito. Yo quería mi plata de vuelta. Escalamos el tema a la gerente de turno, cuya respuesta a hacerme una devolución también fue negativa.
Pasamos de tratar de razonar hasta deliberadamente colocarme cerca de los clientes en la caja para que escucharan mi disconformidad mientras taggeaba a la cuenta de Acodeco en twitter (no fue mi mejor momento, lo sé)…
Ahora, no es que no pudieran devolverme mi dinero, porque operativamente es posible sino que ni era su política ni la persona a cargo estaba autorizada a hacerlo, muy a pesar de que los artículos aun estaban intactos en sus empaques.
Eventualmente Acodeco contestó mis tweets, diciendo que la acción por parte del comercio era procedente, por lo que me tocó regresar a casa con una nota de crédito que no quería ni necesitaba y mi orgullo herido.
“Ah, pero es que usted debe estar segura de lo que va a comprar”… Señora, su vendedor al parecer no sabe lo que está vendiendo…
Como soy necia, me fui al sitio de Acodeco y revisé la Ley 45 de 31 de Octubre de 2007, «Dicta Normas de Protección al Consumidor y Defensa de la Competencia» y en efecto, no hay nada en esa ley que obligue a los comercios a regresarte tu dinero fuera de casos relacionados por defectos del bien adquirido y como consumidores estamos sujetos a la buena voluntad de aquellos a cargo del negocio.
Ya el chasco me lo llevé, pero si hay aprendizaje no hay pérdida. Entonces, ¿qué podemos hacer para reducir nuestro riesgo en una compra?
- Ten una idea clara de qué necesitas y con qué características (modelo, tamaño, color, capacidad, etc.). Si no estás seguro, pregúntale a alguien que sepa.
- Una vez ya tengas el bien identificado, no te apures y verifica si existe el mismo producto o similares equivalentes en otro comercio para que compares precio, condiciones y disponibilidad de valores agregados.
- Inspecciona el producto y si puedes, lleva a tu experta contigo a hacer la compra.
- Si aplica, verifica con tu vendedor las condiciones de venta, pago y garantías del producto, así como política de devolución.
- Toma fotos y/o saca copia de la factura y guarda tus certificados de garantía en caso de que necesites hacer reclamos en el futuro
Recuerda siempre que en medida que conozcas tus deberes y derechos como consumidor, estarás empoderada a defenderlos.
(Dentro de cuatro años que esta compu llegue al fin de su vida útil, por favor recuérdenme que entre Google Docs y Canva me puedo ir lejos).