Hace un par de años atrás, me fui de Panamá con mi maleta bien equipadita de cosas para todas las estaciones. Beby (mi mamá) se había asegurado que llevara cada uno de los elementos que necesitaba para aquellas dos estaciones que no existían en mi país. Esto incluía un par de botas de nieve en un colorcito no muy bonito que digamos, pero bueno me las había comprado mi madre con mucho cariño y decidí que serían parte de mis outfits cuando el invierno se pusiera peludo. Yo viaje a Missouri en octubre y luego de dos meses comenzó la época donde los abrigos pesados y las botas de nieve eran necesarias, y allí estaban las botitas, mirándome a la cara. Las usé por mucho tiempo, pero una noche navegando por internet encontré un par de botas de nieve negras con ESCARCHA y la verdad me enamoraron más rápido que canción de Bruno Mars. Y sin más allá ni más acá, le di click a esa página y ordené las benditas botas. Pues si se ponen a pensar esas botas de nieve en color negro CON ESCARCHA, no eran necesarias ya que tenía las botitas que mi mamá me había comprado, simplemente fue una compra por impulso, que llenó mi corazón de adrenalina en un momento dado, y bueno pasó!
Recientemente me enteré de una venta con descuento y decidí entrar solo para ver (con gran énfasis en solo ver), porque justo en diciembre me había gastado mi ahorro “save to spluge” (Ahorrar para Gastar!) en un vestido de baño para mis actividades de #veranohotcontrol2k18 y bueno no tenía en mente obtener un artículo tan high-end como los que ofrecían allí. En vista de todos los factores, entré y lo primero que vi fueron un par de sandalias rojas de tacón floreadas que cautivaron mis ojos (honestamente hasta me causaron mariposas en el estómago, cual muchacho guapo cuando te mira a los ojos). Me acerqué y me medí el zapato, y tal como el cuento de la Cenicienta me calzaron perfectos (¡ok! ¿y el príncipe donde está…?). En ese momento me embargaron diferentes sentimientos; unos de alegría y emoción, y otros como que me hacían pensar si el gasto era necesario. Los sentimientos de alegría y gozo eran mayores que los demás. Pero en ese momento hice un stop y comencé con una encuesta. Primero fui donde mi mamá, la cual más rápido que el ligero me dijo cómpralos, porque tienen un buen descuento (70% off), y de paso me dijo que ella me los regalaba por mi cumpleaños que no es hasta dentro de dos meses (¡Gracias Mami!). Después pase a consultarlo con cuatro o cinco amistades de confianza, y lo que más me sorprendió es que los dos chicos que les dije me dijeron cómpralos. Y poco a poco me di cuenta que esto no sería una compra por impulso si no una compra por consulta civil (¡jajajaja!), ya que continúe con la encuesta por otro día más.
Estoy clara que en muchas ocasiones las compras por impulso se dan para llenar un vacío o alegrarnos. Pero debemos ser consiente que en ocasiones adquirimos artículos que no son necesarios, ni que compraríamos en otra situación. Y como es de costumbre me gusta dejar una lista para todo, y bueno hoy les dejo una donde podrán entender cuando una compra es por impulso:
- Es una compra espontánea, esto se puede decir cuando fuiste a mall a pagar el cable, pero resulta que ibas caminando y terminaste comprando un par de zapatos porque estaba en descuento.
- Satisfacción inmediata, esto creo yo que es lo mismo que se siente cuando te comes tu dulce o comida favorita.
- Reacción a una oferta o promoción, es decir cuando eres vulnerable a una estrategia de marketing, algo llamativo que te llevó a echar un ojo (tal como me pasó a mi).
- Todos los fines de semana compras algo, lo necesites o no, siempre gastas tu dinero en algo.
- Lo compras, pero no lo usas nunca, es decir que acumulas las cosas que compraste por que no encuentras una ocasión para utilizarlas.
Luego de identificar si estás cayendo en una de esas compras (y aun quieres comprarlo) creo que debes:
- Consultar tu cuenta bancaria, y estar claro si puedes hacer el gasto o no lo puedes hacer.
- Consulta con algún familiar o amigo, de esta manera escuchas diferentes puntos de vista e inclusive caes en cuenta si lo necesitas o no.
- Estar claro si el artículo es totalmente necesario, si no lo es, bueno ¡foldea eso! (como decimos en buen panameño).
Las compras por impulso afectan mucho nuestras finanzas, nos desestabilizan ya que en ocasiones hay personas que utilizan el dinero de otras responsabilidades para adquirir cosas. Debemos tener cuidado con nuestros impulsos, ya que económicamente pueden cambiar el curso de tus planes. Lo que vuelvo a recomendar es hacer ese fondito de ahorrar para gastar, y comprarte las cosas solamente si realmente las quieres y las vas a utilizar. No te estoy diciendo que de vez en cuando no podemos darnos nuestros pequeños gustitos, porque trabajamos duro y la vida es corta.
Un comentario sobre “Compras Impulsivas: ¡Las compré por que tenían escarcha!”