El Encanto de salir de conocer gente nueva…

Aunque no lo parezca, la razón por la que Susana y yo somos grandes amigas es por que ninguna de las dos somos social butterflies. A pesar de ser tan distintas, eso de conocer gente nueva no se nos viene muy fácil y nos encanta estar en nuestra zona de confort. De llegar a conocernos, ustedes podrían interactuar muy fácilmente con Susy, porque tiene una bubbly personality, mientras que yo soy súper seria.

Puedo asegurar que en muchas ocasiones considero que la parte más difícil de cambiar de trabajo es incorporarse a un nuevo equipo y hacer el click necesario (y eso que en teoría la gente de Recursos Humanos se dedica a entender que tu tengas el fit adecuado, pero en ocasiones eso falla!). Entonces como yo en este 2018 me propuse a vivir mi vida de forma diferente, y he estado tratando de hacer cosas que le den un twist a mi vida, incluyendo superar mi rechazo al small talk con gente que recién conozco.

Para trabajar en este tan difícil aspecto de mi formación como adulta (jajajaja! Que formal!), comencé a realizar actividades que están fuera de mi zona de confort. La semana pasada me fui sola a tomar una clase de crossfit, y me encantó! Y este fin de semana me fui a la fiesta a la que me invitó una amiga que me quiere muchísimo. El evento iba a reunir un montón de gente, pero yo en realidad solo conocía a mi amiga y a su familia. La noche anterior a la fiesta me puse a pensar en que no iba a tener a nadie con quien parkiar, y me fue entrando uno de esos ataques de ansiedad que me dan previo a estas situaciones y que en ocasiones hacen que decida quedarme en casa. Tratando de seguir con una de mis metas, al día siguiente me paré tempranito, y me fui hasta Penonomé a la fiesta. Cuando llegué, poco a poco me fueron presentando a los invitados y mis niveles de ansiedad iban en aumento. En un punto hablé conmigo misma y me dije “hey, esto es lo que quieres en este año, así que ponte en las pilas y actúa normal!” Y así mismo fue. Poco a poco fui superando mi ansiedad y le comencé a hablar a la gente de cualquier tema (menos del clima – ese es el small talk que más odio). Debo aceptar que en ocasiones y por mi naturaleza de loner, me apartaba de la fiesta y me tiraba por ahí a pensar en cualquier cosa que me viniera a la mente, para despejar mi ansiedad. Y después de un rato regresaba a ser un “corazón con patas” (así me definió alguien de la fiesta jajajaja!), y a pasarla en bombas como debía ser.

Luego de esta experiencia puedo listarme un par de cosas que debo recordar, para ir sola a un evento y no morir en el intento:

1. Mantén siempre una sonrisa – es un poco difícil cuando se tienen unas de esas resting bitch face, pero si yo pude, ustedes pueden!
2. Las conversaciones iniciales no son malas – son difíciles y a veces repetitivas, pero si hablas de cualquier cosa random también es válido, y ayuda a romper el hielo con gente nueva.
3. Baila – siempre hay alguien que te va acompañar, y se va a divertir contigo.
4. Siempre hay alguien que conoces o has visto – sobretodo en Panamá, donde todos nos conocemos o tenemos un grado de conexión jajajaja!
5. Se tu mismo – no tengas miedo de demostrar como eres en un ambiente divertido, al final resultó que soy un corazón con patas!

No me imaginé que después de los 30 me iba a poner como meta interactuar con personas nuevas, y la verdad es una experiencia que me ha gustado hasta el momento. Es más puedo decir que termine la fiesta diciendo que necesitaba ir a otra fiesta de este tipo nuevamente y pronto. El salir de tu zona de confort no es del todo malo, y hasta en ocasiones puede ser enriquecedor. Y espero que así como yo, estés poniendo todo de ti para cumplir algunas resoluciones o metas para este 2018.