Justo después de navidad, el presidente Varela anunció el ajuste al salario mínimo y aun antes de su entrada en vigencia, el 1 de enero, ya estábamos sintiendo sus efectos estuviéramos conscientes o no.
El salario mínimo tiene su fundamento legal en los Artículos 172 al 179 de nuestro Código de Trabajo y en papel tiene la intención de que podamos cubrir las necesidades de nuestros hogares, sin embargo, en realidad estos aumentos forzados de salario causan un ciclo en el que la diferencia se transfiere al consumidor final a través de los precios de productos y servicios que consumimos.
Al final esta es una realidad con la que debemos vivir, así que para que no los agarren desprevenidos, les comparto un brevísimo resumen de lo que tienen que saber:
- La vigencia de este ajuste es desde el 1 de enero de 2018 al 31 de diciembre de 2019.
- Según el Artículo 174, este se fijará por lo menos cada dos años. Esto me hace pensar que podrían hacerse ajustes intermedios (si alguien sabe de esto, por favor hable).
- En esta ronda tomó seis meses de negociaciones entre trabajadores y empresarios sin lograr acuerdo.
- Representantes de la empresa privada advirtieron sobre la insostenibilidad de la medida.
- Los porcentajes de aumento también varían según el tamaño de empresa: 4.5% para las pequeñas (hasta cinco trabajadores) y 6.5% para las grandes.
- ¿Cómo queda? $721 a nivel nacional, a excepción de Darién y las comarcas, donde lo establecido fue $563.
- Según el gobierno, 292,000 trabajadores se verán beneficiados con la medida.
- Actualmente la tasa de desempleo en Panamá se encuentra en 5.6%. Según datos del Concejo Nacional de la Empresa Privada (CoNEP), puede subir a 6.5% al término del actual gobierno.
Y ahí está… el tema se sigue desarrollando, pero entender a qué obedece, nos ayudará a tomar mejores decisiones y prepararnos para posibles escenarios futuros. Be woke, friends.