Durante gran parte de mi infancia y adolescencia, mi mamá mantuvo múltiples trabajos simultáneos como farmacéutica de recetario, regente, visitadora médica y su emprendimiento con una socia de servicios médicos en casa.
Esto permitió que creciera con muchos privilegios. Fui a un colegio privado (de los buenos), hablo inglés (y bien), fui a clases de ballet, música, folklore, francés e incluso intenté jugar tenis, aun a pesar de mi nulísima disposición atlética.
La visión de mi mamá no solo era que mi hermana y yo tuviéramos la mejor educación que estuviera a su alcance darnos, sino que experimentáramos todo eso a lo que, más que aspirar, podíamos lograr con esfuerzo propio. Todas estas actividades extracurriculares me expusieron a intereses más allá que ver Amigovios después de hacer la tarea (aquellos que fueron pubertos a mediados de los 90 saben de lo que hablo) y me moldearon (aun sin tener eso en mente) a que fuera una candidata potable para ganarme una beca completa para estudiar mi licenciatura en Estados Unidos.
Esos intereses te llevan a compartir con personas con valores y metas similares y la convergencia de tus conocimientos con los de ellos pueden resultar en no solamente en amistades genuinamente enriquecedoras, sino también provechosas para tu crecimiento profesional.
Por ejemplo, Rayza y yo pertenecemos a capítulo de Panamá de Young Emerging Leaders, el cual es un grupo de afinidad de United Way conformado por jóvenes profesionales entre los 20-35 años, quienes nos hemos unido con el propósito de promover comunidades más prósperas a través de la educación y el voluntariado.
Confieso que más de un par de veces me han visto como bicho raro por pagar para pertenecer a un grupo, mínimo me lavo el cabello con leche de burra virgen del Himalaya… Es cierto, la membrecía no es barata, pero puede ser pagada en comodísimas cuotas que puedes acordar con nuestra super chévere financista (te gastas más en un café fancy o en una camisa fast fashion que se deshace después de la cuarta lavada). Estos fondos permiten financiar eventos de networking, oportunidades de voluntariado y actividades educativas como talleres o seminarios de liderazgo, generando espacios de acercamiento con personas influyentes en esferas políticas y empresariales. En fin, creces como persona y como profesional y te conectas con jóvenes con ideales y metas similares a las tuyas a la vez que generas cambio para Panamá.
No porque el team 5palos sea parte, pero somos un grupo bien chévere y diverso. Juntos somos ciudadanos de nuestro entorno, trabajando en diversas áreas y todos con hambre de trabajar por un Panamá más equitativo. Más allá de nuestra interacción como parte de YEL, nos pasamos tips de ofertas de trabajo, emprendimientos y vamos por nuestras pintitas también… por cierto, el nuestro es el primer capítulo de YEL fuera de los Estados Unidos.
A la larga la estrategia de mi mamá de estar metida en todas las fiestas cual culei ha rendido frutos. Hoy mi hermanita tiene su propio studio de Pilates funcional, en el cual se echó sus ahorros de toda la vida y yo hago un trabajo que me apasiona en industrias dinámicas y empresas que genuinamente buscan impactar su entorno de forma positiva.
The ultimate goal? Lograr lo mismo con Napito.