«Cuando se te cierra una puerta se te abren mil más». Esa frase la he escuchado ya 3 veces en mi vida, en momentos que en realidad sí necesito que la puerta se me abra de verdad.
Me remontaré al año 2013, cuando estaba por sustentar mi proyecto final de mi flamante M.B.A. con énfasis en Contabilidad. En ese momento sentía que me iba a comer el mundo, y así parecía que iba a ser. Un día recibí la llamada de una reclutadora senior de Amazon (crema y nata, solo reclutan lo top de lo top), y quería ofrecerme el iniciar un proceso de reclutamiento para una posición de analista financiera para una de sus localidades – específicamente California. Ósea, OMG — el sueño de cualquiera esta mega empresa se había interesado en mi hoja de vida, y pretendían mudarme a California. Y, pues bien, yo me tiré al ruedo, y me metí en un proceso de reclutamiento que contenía un programa de coaching, donde todos los viernes me hacían entrevistas y me preparaban para el magno evento (3 MESES DESPUÉS) que yo denomino «The Hunger Games«, donde me llevaron a HQ y con otros candidatos y nos hicieron pruebas en todos los campos financieros posibles, más otras 9 entrevistas presenciales. Y bueno, yo pasé cada una de estas pruebas, y me supuse que la boté. Hasta el tan recordado 4 de marzo de 2014, donde me llamaron para decirme que «I was 1st runner-up». En ese momento sentí que no servía para nada, que lo top de lo top me había rechazado y que mi vida profesional había terminado. Pues sí. ¿Cómo no iba a pensar eso? Estaba en NYC sola, sin nadie, y sin saber si debía regresar o no. Llamé a mi madre, y ella con una dulce voz me dijo «cuando se te cierra una puerta se te abren mil más».
Y bueno se me abrió otra puerta, esta vez en Ebay – Magento. Y me metí otros 3 meses en la misma vaina, lo único que ahora me había mudado a SoCal y tenía que manejar 3 horas hasta Culver City, para ir a las mil y una entrevistas. Mira que fui tantas veces, que ya hasta me regalaban cosas promocionales y popcorn para el camino. Para hacer el post bien corto, se me cerró la puerta de nuevo. Y de nuevo entre en una depresión, que no sabía qué hacer, que lo top de lo top no me quería. Llamé a mi madre, y con dulce voz me dijo lo mismo, y bueno la verdad la man no se equivoca. Ese mismo día inicie un proceso desde SoCal para un trabajo en PTY, y al final me tocó recoger mis maletas y mudarme con oferta de trabajo.
Y la última vez que he escuché esa frase, fue en durante esta semana casi 3 años después, y esta vez no vino de mi madre, vino de un amigo. Y este amigo me habló hasta que se me iban a abrir 6 puertas más (¡Estoy ready!). Lo cual me hizo sentir mucho mejor, porque minutos antes me habían cancelado la entrevista presencial para una posición laboral que me entusiasmaba demasiado.
Esta fue la razón del chispazo e inspiración de este post. Y como a mí me gusta listar cosas, aquí va una lista de cosas que he pensado cuando se cierra la puerta:
- Mira al futuro con optimismo, lo que viene es un mundo de oportunidades.
- Si en el camino aparece una oportunidad, tómala, no tengas miedo.
- La vida no termina cuando las cosas no salen como las querías.
- Tu no controlas las cosas a tu alrededor.
- ¡Acéptalo con una gran sonrisa!
En muchas ocasiones, por falta de experiencia, paciencia, o quizás madurez, sentimos que si algo no sale como lo hemos planeado es el fin del mundo – bien tipo 13 reasons why – pero al final la vida nos enseña que todos estamos en el lugar adecuado en el momento adecuado, y que de cada oportunidad que no sale en el momento, sale otra que es diez veces mejor.
Rayza, amiga, congrats! Me gustó el post y aplica a varios aspectos de la vida.
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Me gusto mucho! Y es justo lo que necesitaba leer hoy. Además de que de ese dicho siempre digo que Dios sabe porque hace las cosas, aplica para todo.
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Buenisimo, nos pasa a todos, felicidades Rayza.
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Me encanto!!
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